LA EVALUACIÓN EN EL MARCO DE UN ENFOQUE BASADO EN COMPETENCIAS

En cuanto a la evaluación de los aprendizajes, desde un punto de vista general,estamos asistiendo a un cambio de paradigmas. Hemos pasado desde el positivismo yç empirísmo, caracterizados por el predominio de la deducción, la elaboración de diseños experimentales o cuasi experimentales, al paradigma fenomenológico/constructivista, caracterizado por la inducción, la comprensión, la interpretación y el diseño de estudios basados en la investigación naturalística. Una de las posibles críticas que puede hacerse reside en que se ha cambiado el paradigma de la evaluación, sin embargo, el lenguaje y la definición de los términos relacionados siguen siendo los mismos. Este hecho en la práctica se refleja por ejemplo, en el énfasis que se hace para la evaluación de indicadores (señales observables, confundidos a menudo con los objetivos conductuales), en lugar de evaluar las competencias desde el punto de vista holístico. A continuación se presenta algunas consideraciones generales acerca de los indicadores y criterios de evaluación.
Para estas “nuevas” corrientes la evaluación del desempeño con el enfoque de competencia, resulta muy adecuada, ella debe ser llevada de acuerdo al empleo de indicadores y criterios de desempeño que se establezcan considerando numerosos factores. En la práctica pedagógica es común observar muchas veces confusiones entre los indicadores y los criterios de evaluación. A este respecto es importante aclarar que los indicadores son las manifestaciones, las señales o evidencias de lo que niñas y niños pueden hacer solos y de aquello en lo que necesitan ayuda. Mientras que los criterios representan el grado de exigencia, los estándares requeridos es decir el nivel o grado en que debe estar presente un indicador para que una competencia sea considerada como alcanzada.
Al observar la presencia de un indicador tenemos una información que nos permite diseñar estrategias didácticas y realizar el seguimiento y evaluación. Los indicadores nos ayudarán a determinar el curso del proceso que ha seguido cada alumno en su aprendizaje y los resultados del mismo. La cantidad y calidad de las evidencias recolectadas permitirán la emisión de juicios sobre las competencias alcanzadas.
Existen numerosos factores que deben ser tomados en cuenta a la hora de establecer los criterios de evaluación, entre estos se pueden mencionar: La importancia de la competencia que está relacionada con el interés, las necesidades y motivaciones intelectivas de los alumnos. También viene dada por el grado en que la competencia contribuye con la conformación del perfil del nivel.
La dificultad que en cierta medida representa el esfuerzo que deben realizar los alumnos para mostrar los indicadores de logro de la competencia. La extensión ya que no todas las competencias involucran la misma cantidad de contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales que deben dominar los alumnos para mostrar los indicadores de logro de la competencia.
El contexto en el cual se realiza la acción pedagógica, el cual viene determinado por un conjunto de características socioeconómicas y culturales de la alumna o alumno y del grupo, igualmente incluye las circunstancias del entorno. El contexto es un factor muy importante y está involucrado en los tres anteriores.
Constantemente, lo que se cree evaluable al final de un proceso de enseñanza y de aprendizaje no coincide con la formulación inicial. El aula es un espacio donde interactúan aprendices y expertos, y ambos colectivos evolucionan. En el proceso de encuentro de las dos representaciones, juega un papel importante la negociación implícita o explícita entre los alumnos y los docentes. Unos y otros evalúan las respectivas representaciones y las reformulan. Estos son los estudios descritos por el profesor Oswaldo Gonzáles.