Enseñar Metodología de la
Investigación o Seminario de Tesis, conlleva algunas aristas, entre ellas la
didáctica que se ocupa para generar en los estudiantes un buen aprendizaje que
los ayude a realizar sus trabajos de investigación. Por otro lado
la falta de un lenguaje apropiado que
conlleva a crear confusión en los aprendices. Habrá que decir
también, que a veces se carece de pasión para la enseñanza de esta tan
importante área. Amén de la falta de experiencia en investigación.
Albornoz (1986), Martínez
(1989) y Sabino (2000) citados por Arias (2008) opinan y coinciden que la
enseñanza de la Metodología se realiza mediante situaciones fuera de contexto y
sin aplicaciones en casos propios de la especialidad que se cursa. Así también
dicen que una buena parte de los docentes no poseen la formación, ni la
experiencia como investigadores.
En algunos países, la mayor
producción de investigaciones se concentra en las universidades autónomas, un
estudio sobre el número de artículos publicados en revistas arbitradas e
indexadas, la ubica en el 5o. lugar como productor de conocimientos científicos
y tecnológicos de América Latina, aun así no se escapa de la situación expuesta
tal cono no contar con docentes debidamente preparados para dar Metodología de
la Investigación (Arias, 2008). Existen algunos Informes sobre las Actividades
de Investigación y Postgrado, en el cual se presentan dos de los factores que
dificultan la función de investigación, tales como:
a) La ausencia de una
cultura investigativa, generada por la poca importancia que se le da a la
investigación
b) El incumplimiento de las
funciones de investigación y extensión por parte de los profesores que se
dedican únicamente a la docencia.
Por lo regular los docentes
que hicieron investigación fue sólo para obtener el título ya sea de pregrado o
de postgrado, que indudablemente les da una formación profesional importante,
sin embargo no existen trabajos más allá de los que ahí se hicieron. Y
por ende no se cuenta con la experiencia necesaria como para cubrir el perfil
de docente investigador.
¿Cómo un docente puede
enseñar una actividad que no realiza y para la que no está preparado? ¿Se puede
enseñar sin saber hacer? ¿Cuál es la calidad de la enseñanza que se transmite
en estos casos? También habría que preguntarse si un profesional con formación
en investigación o cualquier investigador, es capaz de transmitir de manera
efectiva los conocimientos teóricos y prácticos sobre el proceso de
investigación, es decir, si está en capacidad de enseñar cómo investigar
(Arias, 2008).
La educación superior podrá
cumplir la misión de formar profesionales competentes, en tanto se consagre al
mismo tiempo a la doble tarea de investigar y enseñar, teniendo en cuenta la
imaginación del estudiante, unida a la madurez y experiencia del docente
investigador. Una de las funciones de la universidad es entonces lograr un
sincretismo de la imaginación con la experiencia. La doble actividad de enseñar
e investigar es de mucha valía para la docencia, porque le permite mantenerse a
la vanguardia, sabiendo que el proceso de enseñanza se hace desde un
pensamiento vivo, construido por docentes y estudiantes investigadores, en la
aventura de crear conocimiento. Con base en esta idea, la universidad tiene
como misión ubicar al estudiante bajo la tutela intelectual del docente
investigador, para conformar con estas dos generaciones comunicados académicas
en un ambiente de enseñanza, aprendizaje e investigación, a partir del interés
por el desarrollo teórico y la utilidad práctica del conocimiento (Hernández,
2009).
Se podría culminar
manifestando, que es muy importante que los docentes hagamos investigación y
publiquemos los hallazgos, Que nos preparemos de tal forma que logremos en
nuestros estudiantes cuando menos afecto y respeto por la materia. Por lo tanto
se excluye al docente encerrado en cuatro paredes y se incluye al docente
investigador amando la ciencia y ligándola con la realidad del contexto.